¿Mi abuela es automatista y tú no?

Hola automatista, la historia de hoy nace de una conversación de esas en las que estásarreglando el mundo. En mi caso fue con Ubaldo Hervás, y entre divagación y divagaciónterminamos en un punto que me hizo reflexionar y escribir la newsletter que inspiró esteepisodio.Por cierto, si no tienes a Ubaldo en el radar es un crack en analítica y en cerreo, y unade esas personas con las que da gusto arreglar el mundo. El asunto es que terminé contándolecómo empecé en esto de las automatizaciones, y sobre la marcha fui reflexionando sobrecómo ese origen marcó de alguna forma mi manera de entender la automatización. Y deahí saltamos a dos cosas. ¿Por qué pienso que mi abuela es automatista? ¿Por qué tútambién eres más automatista de lo que crees? Déjame que te cuente y luego ya juzgas sime ha dado demasiado el sol en la cabeza.Es el origen de todo. Hablamos de 2018, estábamos en la primera explosión del marketing automation,los negocios en piloto automático, ingresos pasivos y otras vainas que me daban algo deurticario. Para mí, automatización era igual a marketing automation, igual a bots primitivoscon los que era imposible hablar. Hasta que llega Víctor Campuzano y en un curso sobreproductividad, que me voló la cabeza, por cierto, empiezo a hablarme de aprovechar IntegroMATpara conectar tu twist con Google Sheets y no tener que andar copiando y pegando datoscomo un loco. Esa fue la clave. IntegroMAT, que ahora se conoce como Make, fue lo queme hizo cambiar mi forma de entenderlo. La diferencia entre montar un negocio automatizadoy aprovechar la automatización para eliminar un proceso tedioso me dejó marcado hastael día de hoy. Intento resumirlo en cuatro principios que me han ido acompañando desdeentonces. Podría decirte que son mis cuatro principios automatistas.La automatización no te sustituye, te complementa. Tanta película de robots nos ha metido elmiedo en el cuerpo con que las máquinas nos quitarán el trabajo. Y a veces me cuestamucho transmitirle esto a clientes o empleados de clientes. No debemos entender la automatizacióncomo competencia de nuestro trabajo, sino como una herramienta que nos permite complementarnuestras capacidades y hacer nuestro trabajo más eficiente.El segundo principio sería embudos versus procesos. Por eso creo que en mi cabeza siemprepienso en automatizaciones como la evolución de procesos independientes que ayudan a mejorarun sistema mayor, y no tanto en diseñar sistemas 100% autónomos en piloto automático.Lo que nos lleva a uno de los mantras que también le contaba Ubaldo, automatizar parahumanizar. Decía Elber Huber allá por 1800 y pico que una máquina puede hacer el trabajode 50 personas corrientes, pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajode una persona extraordinaria. Y aunque la frase tiene más años que tú y que yo juntos,sigue teniendo razón. Esto nos lleva a evaluar cada proceso que queremos automatizar desdeel prisma de ¿humano aporta más que máquina? Lo hace humano. ¿Máquina gana humano? Tareapara máquina. Debemos buscar cómo liberar tiempo absurdo para dedicárselo a donde realmenteaportamos valor como humanos. Fácil, ¿no?El último principio sería de la mente a la herramienta. Por eso tampoco entiendo laautomatización desde la herramientitis, como te decía en el último episodio. Defiendoque aprender a automatizar va más de hackear tu cerebro que de saber usar la herramientade turno. Spoiler, tu cerebro está in love con las tareas que deberías empezar a automatizar,y hasta que no soluciones eso, no tiene ningún sentido que te plantees metas mayores. Vamos,que te va a tocar hacer muchas cosas a mano antes de pensar en ese piloto automático.Y me voy con lo de mi abuela y lo tuyo.Mucha gente me dice que no automatiza nada, que eso de automatizar es para otros, y quelo ven muy complicado para empezar a estas alturas. Mira, deja que te cuente mi definiciónde automatización y por qué creo que ellos, mi abuela y tú, sois más automatistas delo que pensáis. Para mí, automatizar es cualquier tarea o proceso que configuramospara que funcione de manera autónoma, permitiéndonos liberar nuestra mente para centrarla en otrastareas más importantes. Desde este punto de vista, cuando mi abuela apunta en un calendariocuándo son los cumpleaños de sus nietos, está automatizando. Cuando tú te plantasun post-it en la nevera, estás automatizando. O cuando haces la lista de la compra en laapp de notas del móvil, sí, también estás automatizando. Que no solo The Make vivenlos automatistas.Y ahora me retiro como Homer entre los setos y te dejo pensando un poco más sobre cuántascosas automatizas para mejorar tu día a día. Nos vemos en el próximo, automatista. ¡Un saludo!